18 May Nicolás Pauls, el actor que lleva el mensaje por un mundo mejor

Parecemos pocos los eco locos sólo porque estamos un poco dispersos en el espacio pero, créanme, no lo somos. Todavía mejor que eso: estamos en cada rincón, detrás de las profesiones más curiosas y las menos sospechadas: diseñadores de indumentaria y calzados, decoración, carpinteros, surfers, paisajistas, hoteleros y, claro, en la música y las artes. Miles y miles de ciudadanos, cada uno desde su trabajo diario, llevando el mensaje de una vida más verde y más feliz, pensando y trabajando por ello. ¿No es genial?
Entre esos eco mensajeros seguramente lo tenés visto a Nicolás Pauls, el artista de 42 años, persona tranquila y enérgica si las hay, quien hace largos años comparte, siempre que le permiten, sus ideas en pos de una nueva conciencia sobre nuestra relación con el planeta. De cara al estreno de la nueva obra en la que participa, “Encuentro de genios”, la primera escrita por Beto Casella, Nicolás se tomó un momento para conversar en exclusiva con Alternativa Verde sobre este presente que lo encuentra en medio de los roles que más cómodos le sientan: actor, músico, padre y multiplicador de una nueva conciencia sostenible.

Con mucha humildad, Nicolás reconoce que no importa cuánto él haga por cuidar al mundo, a sus recursos y sus habitantes, siempre le parecerá poco. Cuidar el consumo de agua y energía, llevar cada quince días sus residuos reciclables a una cooperativa, unirse a cruzadas como la que alerta sobre los peligros de la Megaminería es su grano de arena pero “siempre se puede hacer más”, dice.

 

Sin embargo, se apura en aclarar, por muy pequeño que parezca no hay que dejar de hacerlo y de apostar a más. Imagínense más de 7.000 millones de habitantes en este mundo haciendo algo por el cuidado de la tierra, los animales, los recursos u otros humanos. “No hay que subestimar el poder de cambio que podemos generar cada uno haciendo algo bueno”.
El cambio de mentalidad empezó en un joven Nicolás el día que entendió que uno de los mayores gestos de respeto hacia el otro que podía hacer era dejar de consumir carne. De ese día, hace ya 20 años, cada una de sus acciones buscan “no generar dolor en el otro”. Entrar al veganismo fue “una llave que abrió otras puertas” en este camino de generar bienestar (para sí y para otros).
Entender que en la basura hay recursos por ser reaprovechados, comprender las fuentes de trabajo que esa tarea de reciclaje genera, cooperar con los recuperadores urbanos para evitar que ellos tengan que buscar entre residuos no clasificados y así, evitar también que la suciedad se desparrame, son parte de un aprendizaje que para Nicolás fue ocurriendo a través de los años, desde la práctica y del hecho de observar lo que lo rodeaba desde una nueva mirada.

Por eso es que él valora tanto el poder de “contagio” de estas buenas costumbres. “Ver a alguien haciendo algo distinto en tu entorno cercano enseguida surte el efecto de hacer que modifiques, o al menos te replantees, tus propios hábitos. A mi me da mucha satisfacción ver, por ejemplo, cómo mis hijos repiten las costumbres ecológicas que tengo yo”. Lo que Nico aprendió entrando la veintena como que “la calle tiene que ser como si fuera el living de mi casa, si no tiro un papel en mi piso, ¿por qué tendría que hacerlo en otro lado?”, hoy para sus hijos es lo natural y eso hace al cambio.

Otra buena enseñanza que seguramente adquirirán sus hijos Olivia y León es a disfrutar más de las experiencias que de las cosas. En ese sentido, Nicolás se reconoce austero “tal vez quienes vivan conmigo puedan confirmar que no soy una persona que quiera siempre lo último más vale compro lo que necesito. Me manejo más vale administrando lo que es necesario, así sea en lo material como en la comida”.

“Siempre intento averiguar de dónde viene lo que voy a consumir. Elijo mayoritariamente productores locales, que trabajen orgánico y evito lo industrializado. Eso no quita que tal vez la remera que uso ahora haya sido hecha bajo condiciones que no son las ideales para el trabajador, por ejemplo. No se puede controlar cada cosa pero mi mira siempre está puesta en elegir para aportar a una mejoría para el conjunto”.
El tiempo nos corre, Nicolás está entrando al ensayo previo al estreno de esta obra que viene ensayando desde mediados de febrero y que se estrenó en el Teatro 25 de Mayo la semana pasada. “Encuentro de genios” es la historia de cómo hubiera sido una reunión entre Sigmund Freud, Woody Allen, John lennon, Juan Domingo Perón y Albert Einstein –el papel que le toca interpretar a Pauls- en la cual Allen debe elegir uno de estos personajes para escribir una biografía.
Cuando Nicolás vio el libreto le pareció algo arriesgado y se decidió a hacerlo precisamente por eso: “en general me gusta hacer cosas incómodas”. Agrega, “estoy intrigado por ver cómo reaccionará el público ante la propuesta, sobre esta mirada de Beto Casella sobre estos personajes después del proceso creativo más que interesante al que lo sometimos”.

Por último, le consulto por sus deseos en materia ambiental, le pido que los haga, aunque sean utópicos: “Ahora estoy leyendo el libro de Eugenio Zaffaroni `La Pachamama y el humano´ y al ver cómo las constituciones de Bolivia y Ecuador contemplan a la Tierra como ser vivo de derecho, me encantaría que ocurriese eso: que todos los gobiernos de todos los países le den esa importancia a la naturaleza”.
“También me gustaría que se entendiera que el Calentamiento Global que vivimos y la desidia con la que se trata al medio ambiente deben frenarse porque sino pronto nos quedaremos sin nada que cuidar. Según conocimientos astrales estamos viviendo un ciclo de cambios como humanidad y debemos tomar conciencia de ello”.
“Que se apueste por las energías limpias y renovables y que se haga algo respecto del tema de la Megaminería, a la que me opongo abiertamente. Si bien hubo muchas políticas de este Gobierno a las que adherí, en este punto no puedo hacerlo. ¿Cómo pueden pretender hacer creer que el cianuro no es un elemento letal? No lo puedo comprender. En definitiva, espero que en el futuro se tomen políticas medioambientales serias que impidan seguir devastando el planeta el tema es ¿quién querrá oponerse a esos grandes intereses económicos?”.

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Fotos: Christian Manzanelli